Hace mucho que descubrí el peligro corrupto que supone llevar los defectos infantiles al mundo adulto, lo mismo que llevar los peligros del mundo adulto a la infancia.
Ahora por lo visto, nadie puede enfrentarse a lo que siempre se ha enfrentado el Hombre, no hay consecuencias, no hay responsabilidades.
Payasos en los medios, payasos en la política y payasos en el deporte.
Ni siquiera se puede hacer frente a una gripe.
Mientras el mundo sigue con su deshonestidad, saltándose todas las reglas de la decencia, ahí vemos a la gente aferrada al disfraz de Michael Jackson, con mascarilla incluida, mirada de zombi, canción con gran éxito plagiada en ese mundo de Neverland materialista, y así convive esta sociedad corroída por el consumo de basura.
Mientras, en mi particular campo de golf, sin gente, sin distracciones, sin seguir la trampa virtual continúo mi oxigenado peregrinar hacia lo sublime, solo y por tanto, acompañado de mi mismo.
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